Reflexiones
Cartografía de la Ausencia: un acto de resistencia y amor
En Jalisco, la desaparición ha dejado un rastro de silencios y ausencias que se niegan a ser olvido. Cartografía de la Ausencia es una plataforma digital que transforma ese dolor en un inmenso mosaico de memoria. Cada punto en esta cartografía es un nombre, un rostro, una historia arrebatada.
Al hacer clic en cualquier parte del mosaico, se despliega una ficha de búsqueda: una persona que falta, un tiempo que sigue corriendo sin respuestas. Con esta herramienta, buscamos restituir la presencia de quienes han sido arrancados de sus vidas y sensibilizar a la sociedad ante una crisis humanitaria que no puede ser ignorada.
Este espacio es un acto de resistencia y amor. Un recurso para las madres y familias que no dejan de buscar. Un llamado a no desviar la mirada. Porque nombrarlos es traerlos de vuelta. Porque la ausencia no puede ser destino.
No basta con la indignación; exigimos justicia, verdad y reparación. Es el Estado quien debe buscar, quien debe garantizar el derecho a la vida y el retorno a casa. Mientras las instituciones fallan, son las madres buscadoras quienes con sus manos y su dolor excavan la tierra y el silencio. A ellas les debemos respeto, apoyo y protección, no criminalización ni abandono. Cartografía de la Ausencia es también un grito colectivo: no dejaremos de mirar, de preguntar, de exigir.
Dra. Rossana Reguillo, profesora-investigadora emérita del ITESO.
Desaparecer no es sinónimo de ausencia
Desaparecer no significa dejar de existir; por ello, las y los desaparecidos jamás podrán ser sólo cifras. Son personas que un buen día no llegaron a donde debían o ya no regresaron al sitio de donde partieron.
En Jalisco se les mira en fichas de búsqueda pegados en algunos postes, descansan en las casetas telefónicas mirándonos con un amplio letrero que dice: “DESAPARECIDA / DESAPARECIDO”. Algunas veces, van de mano en mano en volantes que familias valientes reparten para extender a través de los otros su noción de esperanza.
Y están ahí aunque diversos gobiernos se han empeñado en quitar, despegar o, incluso, en pintar estas fichas como si cualquier brochazo de pintura pudiera borrar su rostro, su vida, su esencia, su desaparición.
Este sitio es un bálsamo de memoria y un muro imborrable donde el rostro de las y los desaparecidos siempre estará vigente hasta que deban quitarse porque tenemos la dicha de verles regresar.
Es una apuesta por devolverle el nombre a cada persona desaparecida, pues frente a un Estado que les reduce a cifras: nombrar es un acto de resistencia y esperanza.
Dr. Darwin Franco, profesor y periodista en Zona Docs
Memorial de Teuchitlán
Consolémonos:
vuelan las garzas sobre la orilla
y un cielo doble traza
su blanca silueta,
un contorno de paz
murmullos circulares.
Consolémonos:
no son campos de exterminio los de alrededor
solo entrenaban
entre púas y armas
nuevas maneras de convocar a la muerte;
jugaban con pistolas de madera
jugo de betabel.
Consolémonos:
tampoco había crematorios
como en Auschwitz
solo leves columnas de fuego
brotaban de sus incendios
casi señales de humo
mensajes indescifrables
de una aceptada agonía
mejor que la vida ofrecida.
Consolémonos:
caerán las leves presas
de los circuitos cercanos;
dos o tres agentes
del vecino pueblo,
alguno acaso aproximado
a rango mayor
pero nada más.
No irán por los grandes tigres
los fieros leones,
las serpientes que cenan
en mesas de postín en la grande ciudad.
Consolémonos:
no disminuirán los votos
por ningún partido;
ninguna candidatura está en riesgo;
todo será perdurable
como el vuelo de las garzas
las ancas de rana del menú turístico
el boleto de entrada a las ruinas sagradas
o al tour del miedo.
Consolémonos:
aquí sigue echando chispas
una verdad humeante.
A punta de pisotones será desvanecida;
para eso sirven las botas duras
para eso el silencio
para que ninguna nube altere
el vuelo de las garzas.
Guadalupe Morfín
25 de marzo de 2025